
La presidenta Claudia Sheinbaum premia a una colaboradora de antaño como Esthela Damián que habrá de tener como única agenda, y absolutamente nada más, la que la mandataria decida.


Sheinbaum no tiene mucho para dónde hacerse. Pero nosotros, como ciudadanos, ¿por qué no contribuimos a la fortaleza nacional? Empecemos por castigar a las empresas estadounidenses saboteando sus productos.
Opinión06 de marzo de 2025 Raymundo Riva Palacio
Mes y medio de la presidencia de Donald Trump nos permite ver el bicho político que está comenzando su segundo periodo en la Casa Blanca. Más altanero y petulante, más malcriado e insolente, bien asentado en el poder y con un mandato popular que no se veía en tiempos de paz desde hace 40 años. También ya debe estar claro que la característica transaccional que mostró en su primer periodo ha evolucionado al chantaje descarnado y avasallante para que las cosas se hagan a su manera y en el momento que quiera.
La imposición de aranceles a sus principales socios comerciales, México, Canadá y China, sacudió los mercados por el impacto que tendría en la economía global, aunque horas después de entrar en vigor se anticipó que los relajaría. Los mercados se tranquilizaron y las angustias en gobiernos y sectores industriales se aplacaron, pero nadie puede estar contento. Trump jugó al policía malo y su secretario de Comercio, Howard Lutnick, al policía bueno. Lutnick tejía y, por la noche, Trump, como Penélope, deshacía lo avanzado. Lutnick lanzaba señales de confianza que la acidez arrogante de Trump borraba.
Las últimas 48 horas debieron haber sido una clase exprés para la presidenta Claudia Sheinbaum sobre su vecino y principal socio comercial. Quitando algunas cursilerías y lugares comunes reiterados en sus discursos, se aprecia que empieza a haber un cambio en su actitud, dispuesta a enfrentar a Trump sin la altanería que le sale al toro empoderado y rencoroso por todos los poros. No puede hacer otra cosa después de su prepotente comportamiento en el discurso sobre el Estado de la Nación el martes en la noche, donde dijo que si México envió a 29 capos del narcotráfico fue por la presión de los aranceles y para que estuviera contento.
¿Cuál es el objetivo final de Trump? Quizás ni siquiera él lo tiene claro. Negociar con él es un ejercicio que requiere partir de varias premisas: que pueden caer en una emboscada (como el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski); que puede insultarlo cuando terminen de hablar (como al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau); que puede extorsionarlo (como sucedió con Panamá); y la primera, que no es un líder confiable porque su palabra no se apoya en la verdad ni existe garantía alguna de que respetará lo que en privado se comprometa.
Trump lo está haciendo porque puede. Pero aún más, porque juega perfectamente a las emociones. Un panel que organizaron la cadena de televisión y YouGov para evaluar el discurso de Trump el martes en el Capitolio midió lo que les hizo sentir: esperanza (68%), orgullo (54%), preocupación (27%) y enojo (16%). También calibró cómo lo vieron: presidencial (74%), entretenido (74%), inspirador (71%), unificador (62%) y divisivo (46%). El mensaje tuvo un fuerte impacto positivo para Trump, aunque el promedio de calificación de su joven gobierno no llega a esos niveles. De acuerdo con el agregador de Real Clear Politics, el 48% lo aprueba, pero el 47.5% no.
Ante este mercurial y peligroso personaje, Sheinbaum pidió la unidad nacional. Su llamado es político, que habría sido más convincente si lo hubiera hecho como jefa de Estado, no como militante de Morena, si hubiera escogido hablar a todos los mexicanos en cadena nacional, en lugar de llamar a un mitin político el domingo para que el partido movilice sus clientelas y llene el Zócalo. Cada quien decidirá cómo participa también en la fortaleza de México, pero todos debemos tener claro que la pistola de Trump seguirá cargada y lista para disparar. El “alivio” que dio por un mes a los aranceles al sector automotriz en México y Canadá será continuidad de los chantajes y extorsiones que ha venido haciendo. Sheinbaum no tiene mucho para dónde hacerse. Pero nosotros, como ciudadanos, ¿por qué no contribuimos a la fortaleza nacional? Empecemos por castigar a las empresas estadounidenses saboteando sus productos y no viajemos a ese país.
Dejemos la pasividad de lado y sigamos a los canadienses, cuya sociedad, más allá de sus preferencias políticas y posiciones ideológicas, se le está enfrentando a Trump. Las guerras comerciales no se ganan con armas, sino elevando los costos de embarcarse en ellas. Un anuncio de la cerveza Molson televisado hace un cuarto de siglo con la frase “Soy canadiense” ha sido motivo de orgullo una vez más, retomando su vieja popularidad. No se trata solo de un patrioterismo cosmético ni se limita a cantar el “O Canada” y abuchear el “Star-Spangled Banner” cada vez que lo tocan en certámenes deportivos. La reacción de un pueblo enojado por los atropellos de Trump a la nación va mucho más allá.
Hay bares que dejaron de servir licor estadounidense y en los supermercados están identificando los productos nacionales con “Hecho en Canadá”. Hay un boicot para productos estadounidenses que ha producido que el 75% de los consumidores canadienses estén cambiando sus compras de productos norteamericanos por canadienses. Amazon ya perdió el 55% de sus clientes.
Flight Centre Travel Group, una multinacional australiana de viajes, reportó que sus reservaciones canadienses para Estados Unidos se desplomaron casi 40%. Air Canada reportó que redujo sus viajes a Florida, Las Vegas y Arizona —principales destinos turísticos durante el duro invierno canadiense— en 10%, y WestJet notó que ha habido un cambio de reservaciones de Estados Unidos a otros lugares con sol en México y el Caribe. De mantenerse la tendencia, una caída de sólo 10% en los viajes de los canadienses, que representan el mayor porcentaje de visitantes a ese país, significaría pérdidas de dos mil millones de dólares y 14 mil empleos.
¿Queremos hacer algo? Este es un camino desde la sociedad civil, la organizada y la desarticulada. Es una decisión personal y de conciencia. Hay en la historia un momento en donde un pueblo fue empujado a reflexionar y actuar individualmente.
“Compatriotas”, dijo John F. Kennedy cuando juró como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 1961, “no pregunten lo que su país puede hacer por ustedes. Pregunten qué pueden hacer ustedes por su país”. Lo hecho en México es una alternativa colectiva.

La presidenta Claudia Sheinbaum premia a una colaboradora de antaño como Esthela Damián que habrá de tener como única agenda, y absolutamente nada más, la que la mandataria decida.

Lo que está en juego no es sólo la relación entre una presidenta y su mentor político. Es la posibilidad de que México tenga, por primera vez en siete años, un gobierno que no dependa del caudillo para tomar decisiones.

El sexenio está mudando de piel a una cosa donde se celebran “siete años” de lo mismo. Eso no despresuriza. Puede que desde el régimen sea algo deliberado, un intento de avasallar por agotamiento al no permitir refresco sexenal, ni anual.

La forma como se ha hecho la campaña contra los factureros pierde credibilidad cuando se hace de manera selectiva, donde a unos se castiga y a otros se premia al no voltearlos a ver.

La Ciudad de México, como en los 60 y 70, se volvió en el campo de batalla en la Guerra Fría. En aquellos años, todos los servicios de inteligencia comunistas operaban en México y realizaban acciones encubiertas contra EU.





El secretario Samuel Ugalde presentó un recuento de las acciones emprendidas por la instancia a su cargo en el periodo de enero a octubre del presente año, en el que destacó el 89.65% de reducción en el robo con violencia a casa habitación. Además disminuyó la incidencia de delitos como: Robo con violencia a transeúnte un 84.61 por ciento; Lesiones dolosas en 37.96 por ciento; Robo con violencia 15 por ciento y Homicidio doloso en un 6.66 por ciento.

La presidenta Claudia Sheinbaum alude a una inviabilidad técnica en los criterios para la aplicación de la tasa de 8% que se pretendía cobrar y que se apostará por campañas de concientización a jóvenes y adolescentes.

IMJU León reconoce a 100 jóvenes como Voces de Cambio por su impacto positivo en procesos de acompañamiento y formación comunitaria. El evento reunió a cerca de 200 asistentes, fortaleciendo el sentido de pertenencia, reconocimiento colectivo y corresponsabilidad social.

Desde septiembre hasta la fecha, se han registrado cinco incendios forestales y 409 incidentes en terrenos baldíos y pastizales, la mayoría provocados intencionalmente. Estas prácticas pueden causar daños a la salud y al patrimonio de los ciudadanos.

Las vacunas de temporada invernal se aplican a grupos prioritarios como personas con diabetes, adultos mayores, menos de 5 años, personas con cáncer y VIH u otra enfermedad que comprometa su sistema inmunológico. La Secretaría de Salud informa que estos puntos estratégicos permitirán ampliar el acceso a la vacunación, acercando los servicios de salud a la población y reforzando la protección de los grupos prioritarios, especialmente niñas y niños, personas adultas mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
