Sancionar retos virales peligrosos, propone diputada Ruth Tiscareño

La diputada Ruth Tiscareño busca que los retos virales que signifiquen un riesgo para las personas se tipifiquen como un delito de peligro para la vida y la salud, y que se sancione con una pena de tres a seis años de prisión a quien incentive a participantes a realizar cualquier acción o ingesta de sustancias.

Para la legisladora del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (GPPRI), los retos virales que implican acciones de peligro para la salud y la vida, aun cuando éstas no deriven en un deceso, no deben quedar impunes.

“Actuemos desde hoy”, afirmó después de anotar que debe actuarse con perspectiva de protección a la niñez, toda vez que los más afectados suelen ser niñas y niños, adolescentes y jóvenes que participan por recompensas, concurso o simple diversión.

En su exposición de motivos, Tiscareño enunció los retos virales más famosos y peligrosos, como el “Momo, la “ballena azul”, cuya prueba final consistía en el suicidio, y recordó casos de intoxicación de estudiantes de primarias del estado por consumo de Clonazepam al participar en el reto “el último que se duerma gana”.

Su iniciativa busca que el Código Penal incluya como un delito de peligro para la vida y la salud de las personas, “a quien, mediante el uso de redes sociales o cualquier medio de comunicación tecnológica, o en forma personal, incentive en forma individual o colectiva competencias, retos, concursos, pruebas o análogas para realizar cualquier acción o ingesta de sustancias que pongan en peligro la vida o la salud de las personas”.

“Asimismo, se propone que, si se incentiva a menores de edad, la pena se incrementará en una mitad del mínimo a una mitad del máximo señalado en el artículo anterior”, puntualizó al exponer en tribuna las motivaciones de su propuesta legislativa.

Explicó que hoy en día “líderes de redes sociales” o “tiktokeros” convocan, generalmente a jóvenes y menores, a asumir retos que tienen relación con la ingesta de medicamentos de uso controlado, sustancias tóxicas o la introducción de objetos en las cavidades corporales, con el fin de grabar ese evento.

Y de “subirlo” a redes sociales “mediante el convencimiento de que quien logre los retos a través de la difusión del evento, que se hace ´viral´, se convierte en una persona famosa y adquiere una categoría de ´influencer´, lo cual es totalmente falso, añadió.