Ecos. Annus Horribilis

Y no es para menos, el chistecito por el cual el país está hundido en las miasmas cuatroteístas asciende ya a 550 mil millones de pesos, jugoso negocio por medio del huachicol fiscal, a partir del cual, López Obrador llevó a la plenitud de la mayor desgracia nacional a un país al que él mismo prometió no mentir, no robar y no traicionar, valores que la 4T decidió sacrificarle a su diosito de a peso con 23 centavos para mantenerlo satisfecho en lo que queda del Templo Mayor a un costado de Palacio Nacional.

Y es cierto también que la presidenta, como lo sostuvo en días pasados el maestro Antonio Navalón al ser entrevistado por Ramón Alberto Garza en Código Magenta, “es quizás la persona más triste a nivel nacional durante el último año aun cuando intente demostrar lo contrario cada Mañanera”.

Pero ¿porqué ocurren todos estos desaguisados en un país en el que nos prometieron alcanzaríamos niveles óptimos en salud, incluso más altos que los de Dinamarca, cuando estos son peores día a día en medio de otras cuantiosas promesas que gravitan sobre los 20 billones de pesos que ya debemos al fisco y a las empresas de préstamo extranjeras?

Ambos maestros comentaron al respecto que “el que se fue al parecer no termina de irse y la que (pretende haber llegado) pudo quedarse atrapada en ese intento”.

Lo grave del hecho, lo verdaderamente contradictorio y exacerbante es que esos 550 mil millones de pesos se dan en medio no de investigaciones de la fiscalía nacional sino por presiones de Estados Unidos.

Al respecto, hay que decir que en medio ese cúmulo de turbiedades, dentro de la FGR no hay investigaciones, así como tampoco se persigue a nadie y la nación vaga indefensa en el peor escenario de inmundicia corruptiva, el más grave de los pasados y últimos tiempos nacionales.

Y, si por otro lado se investiga algo o a alguien, sabemos bien que las condiciones no serán capaces de alcanzar a nadie porque el diseño legal de la 4T fue hecho a partir del reparto de impunidad (es).

Y aun cuando ese “movimiento” tiende a implosionar por dentro (valga la redundancia), los mexicanos saben que el futuro de la nación seguiría siendo un viacrucis frente a las realidades consecuentes de un partido, como Morena, que tiende a autofagocitarse porque no le queda de otra que no sea más que descomponerse desde dentro y, con ello, hacer encallar a la nación entera en la peor desgracia que le podría ocurrir en los tiempos recientes.

Se dice que esa cantidad, de 550 mil millones pesos en toda la historia anterior e incluso reciente jamás habría sido defraudado en sexenio alguno por el PRI o el PAN, hecho que habría manchado de indignidad a la nación entera de ocurrir en otros tiempos, en los que al menos se habría jugado a las destituciones funcionariles.

De modo que ellos mismos ya no pueden seguir argumentando que “los corruptos políticos neoliberales saquearon a la nación mediante sus políticas de enriquecimiento al lado del malévolo capital”, del cual, por cierto, ellos han sido los primeros en abrazar como teoría económica sustentable por la enorme serie de desfachos mediante los cuales hacen ofensiva la propia ostentación de sus bienes obtenidos “dignamente” como empresarios: autos, mansiones, propiedades, lujos excesivos y viajes, frente a un pueblo bueno y sabio que “todavía” confía en ellos.

Ramón Alberto Garza fue más a fondo que su entrevistado, cuando afirmó que el paso de 2024 a 2025 para Sheinbaum Pardo “ha sido sin duda un annus horribilis” a causa de que ella misma no puede seguir escindiéndose entre los irrefrenables deseos patriarcales de quien ahí la puso y la incontrastable realidad nacional.

Del mismo modo, ya no se puede seguir culpando a los que “gobernaron al pasado y toda su cauda de individuos que se enriquecieron a partir de sus prebendas con el capital financiero”, cuando el huachicol fiscal ha manchado a la nación entera, a la Marina, a las instituciones y a todo lo demás que le queda de corruptible al país.

Navalón mismo refirió que no se puede vivir de modo permanente en el pasado (incluso si éste es anterior al 1 de octubre del año pasado) y pensar en la expansión del futuro de la 4T “porque gobernar sobre las cenizas (en el presente) es la mayor garantía de desastre nacional”.

Y porque a un año de ese annus horribilis para la presidenta, el país se le sigue desgraciando día a día, cada vez a las familias les alcanza menos, cada vez hay una mayor quiebra masiva de empresas, sobre todo pequeñas y medianas.

Las grandes industrias han decidido ya no establecerse en México, por la inseguridad, porque los nuevos jueces, altamente impreparados, les impedirán hacerlo, porque la juventud se cuece en los jugos del narco y la violencia, si no vean a los golpistas del ala radical que cierta parte de la 4T montó (¡vaya! como en los viejos tiempos del PRI) para asaltar negocios de joyería en el Zócalo y dejar semimuerto a golpes a al menos cuatro vigilantes policiacos.

Cada día que pasa, en los hospitales de toda la nación hay mayor cantidad de carencias, en medio de las cuales, los mexicanos no pueden ni tampoco deben enfermarse, porque pueden simplemente morir al permanecer en espera en cualquier clínica en la que ya “no pasa nada”.

Siguen siendo tomadas muchas de las carreteras federales por el crimen organizado, cada día que pasa más adolescentes se incorporan al hampa y al consumo de enervantes, mientras que la educación sigue en caída en un país en el que impera la ideología socialista de contramercaderes como Marx y Engels (el primero un mantenido por su esposa), mientras ellos se dan vida de dignatarios.

El problema no es que ella haya llegado sola a gobernar el desastre, sino hasta cuándo ese desastre podrá mantenerse en medio del desastre y el caos social, familiar y empresarial generalizados, motivo por el cual en el frente nacional suenan ya tambores de guerra.

Pero esa guerra esta vez ya no procede del mas si osare un extraño enemigo, sino de un grupúsculo de bandidos que se ha posesionado de la nación puesta en lucha en contra de una esa misma nación entera que, como diría José Martí, ellos “se devoran a dentelladas”.