
Estrictamente Personal. Las últimas horas de Gertz
García Harfuch tenía razones para haber explotado contra Gertz Manero, y cuando cayó, se adjudicó su salida de la fiscalía, revelando implícitamente que la crisis la había detonado su equipo.


En pocos meses, hemos asistido al parto de Morena 4.0: no se ve más purista, ni entusiasta en desafanar a polémicos personajes, ni a los acusados de corrupción o violaciones.
Opinión21 de febrero de 2025 Salvador Camarena
La reforma energética del Pacto por México fue el parteaguas que definió el surgimiento de un nuevo partido popular. La organización nacida tras el fraude del 88 se dividió y muchos siguieron en el éxodo a quien por dos ocasiones fue candidato presidencial del PRD.
Hubo antecedentes, por supuesto. En septiembre de 2012, AMLO se despidió del PRD y anunció que buscaría crear su propia organización. Y el nombre de Morena ya existía para entonces. Pero nadie sabía si el divorcio con los perredistas iba en serio.
La respuesta llegaría muy pronto por doble vía: aunque el PRD se separó de la parte energética del Pacto por México, los amarillos cruzaron un umbral sin retorno al aliarse con Enrique Peña Nieto y con el partido Acción Nacional.
AMLO intentó lanzar una resistencia en contra de la privatización del sector energético, pero, cosas del destino, cayó enfermo, debilidad física que parecía augurar una marginalidad irremontable. La corrupción peñista, sin embargo, sería el oxígeno del obradorismo.
Formalizado en 2014 como partido, Morena 1.0 es capaz no sólo de meter en 2015 al Congreso de la Unión y a alcaldías de la Ciudad de México a importantes cuadros, sino, más relevante, hacer resonar su agenda y demostrar ímpetu ante la debilidad de un esclerótico PRD.
Morena 2.0 nace de la derrota en el Estado de México en 2017. AMLO se da cuenta de que el ímpetu que traía podría no ser suficiente rumbo a la campaña presidencial del año siguiente, e inicia el reclutamiento de cuadros y el forzamiento de alianzas con impresentables.
El PVEM, oportunista desde su nacimiento, se une a quienes prometían “regenerar” la vida nacional. Y no fueron los únicos: dando muestras de pragmatismo puro, fichan a gente como Manuel Espino, presidente del PAN, ni más ni menos cuando el “fraude” de 2006.
Para Morena 2.0, 2018 fue el “París bien vale una misa”. Que no hubiera exceso de confianza ni sorpresas como en 2006. Pragmatismo y ya luego, se asumía, reconducimos las cosas a la pureza de los principios.
En el sexenio pasado, Morena se transfiguró. No voy a abundar en si la alianza con el PVEM pasó de ser un tema personal/coyuntural (las ligas entre AMLO y Manuel Velasco dan para análisis sicológico), pero el obradorismo se llenó de gente que no necesitaba. Eruviel, Murat…
Morena 3.0 abrió sus puertas a gente que antes combatió en San Luis Potosí (los Gallardo), a ídolos con piel de sarro (Cuauhtémoc Blanco) y, decididamente, al Grupo Atlacomulco: nunca se persiguió, ni remotamente, a EPN como a Calderón. Así aseguraron el Edomex.
Fue un todo vale con tal de que no regrese el PAN. Al PRI, Morena 3.0 lo fue absorbiendo. Y lo mismo con los sindicatos que antes vieron con desconfianza (Petroleros, Ferrocarrileros, SNTE –adversario de su aliado histórico, la CNTE–) o que les resultaron funcionales: CATEM.
Esta tercera transformación del partido que prometía una era sin corrupción fue quizá la que más costos le acarreó con una base de organizaciones sociales que había caminado con AMLO, años más, años menos, desde 1989: diversos colectivos de defensa de la tierra y derechos humanos resintieron, como pocos, su agenda militarista –otra novedad del Morena 3.0–.
Esa traición fue maquillada mediáticamente al mantener compromisos muy elegidos y concretos, como con el pueblo yaqui, con los mineros de Pasta de Conchos, con, “haiga salido como haiga salido”, los padres de Ayotzinapa.
Morena 3.0, finalmente, fue –cuando menos– tolerante con grupos del crimen organizado en distintas regiones, cuando no francamente aliado. Así llegaron a la elección de 2024.
Hubo quien pensó que, habiendo ganado el año pasado como lo hizo, arribaba el momento de la purificación, de volver al origen. En pocos meses, hemos asistido al parto de Morena 4.0: no se ve más purista, ni entusiasta en desafanar a polémicos personajes, ni a los acusados de corrupción o violaciones, y, por supuesto, ni a señalados de cercanía al narco.
La renovación en gubernaturas importantes, la ausencia (formal) del fundador, el nuevo protagonismo del hijo del líder histórico, la incógnita sobre el rol de la presidenta Sheinbaum en la vida interna y una descarnada pugna por el poder marcan la nueva fase de Morena.
Los actuales estertores son demasiado prematuros para permitir una prognosis. Lo único cierto es que se trata de una nueva etapa. Ni más ni menos.
¿Les dará más réditos o les quitará opciones de triunfo? Me inclino a pensar que el ruido por los Yunes y similares no hace mella en la base. Es choque en las alturas sin, aún, consecuencias en las urnas.

García Harfuch tenía razones para haber explotado contra Gertz Manero, y cuando cayó, se adjudicó su salida de la fiscalía, revelando implícitamente que la crisis la había detonado su equipo.

Los hechos son incontrovertiblemente concluyentes: Andrés Manuel López Obrador solapó grandes actos de corrupción, Alejandro Gertz Manero lo hizo también. Andrés Manuel López Obrador tiene una soberbia tan absurda que se siente a la altura del bronce histórico. Alejandro Gertz Manero también se siente un arrogante intocable.

El embate de la presidenta sólo lo pudo haber resistido Gertz Manero si contaba con el apoyo de López Obrador. Pero ese apoyo de Palenque no llegó.

La salida del fiscal general convierte a la Fiscalía en una nueva ficha en el tablero político de la presidenta, alinea a Morena y enmudece a la oposición

Fue una pérdida doble para Gertz Manero. Ni llegó al final de su gestión en 2028, y lo sustituirá quien menos deseaba, Ernestina Godoy. Pero no sólo perdió él. Es un golpe indirecto para López Obrador.





Las solicitudes de autorización para la contratación de dos financiamientos para el proyecto denominado Acueducto Solís-León y para destinarlos a proyectos estatales de inversión pública productiva, cada uno por 4 mil millones de pesos, se turnaron a la Comisión de Hacienda y Fiscalización para su estudio y dictamen.

Debido a la realización del Bike Fest Guanajuato 2025 y a la carrera con causa “Camina, Trota y Corre hacia la Inclusión”, este fin de semana se contemplan diversos cierres vehiculares en varios puntos de la ciudad. La Subsecretaría de Tránsito, Movilidad y Transporte pidió a las y los guanajuatenses a tomar precauciones, anticipar sus traslados y considerar rutas alternas.

Guanajuato y SADER fortalecen acuerdos por el campo. La gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo y el secretario Julio Berdegué sostuvieron un diálogo directo con productores de trigo para atender rezagos federales y avanzar en soluciones conjuntas para el campo. El Paquete Fiscal 2026 de Guanajuato propone un incremento histórico: el presupuesto destinado al campo localcrecerá 108%, fortaleciendo programas productivos, infraestructura rural y caminos comunitarios.

A lo largo de un video de casi 1 hora, el exmandatario federal no dejó pasar la oportunidad de reafirmar su respaldo al gobierno actual. El tabasqueño refrendo nuevamente su apoyo a la titular del Ejecutivo y mostró su apoyo afirmando que en caso de que hubiera un intento de golpe de Estado o incluso si es acosada, saldría para respaldarla.

La salida de Gertz y la llegada de César Oliveros y Héctor Elizalde a la Fiscalía consolidan aún más el poder del jefe del Gabinete de Seguridad.
