
La presidenta Claudia Sheinbaum no parece dimensionar que su tolerancia al acoso a las libertades por parte de morenistas pudrirá la convivencia.
La fotografía de la nueva familia obradorista trasciende, rebasa por la derecha a una presidenta que ve cómo Morena recibe a quienes antes acusaban de corrupción.
Opinión26 de febrero de 2025 Salvador CamarenaLa polea que explica los estertores dentro de Morena es la corrupción. ¿Por qué se suman los que huelen a otro corral y son recibidos como si fueran de angelical perfume? Porque, como en el régimen de antes, el motor del naciente es el trueque espurio.
Así, algo que podría poseer virtud política, incluso si abusa de pragmatismo, resulta mera transacción: me sumo porque no puedo quedarme sin el manto de la impunidad que ofreces, y ofrezco más que un voto, más que una vehemente defensa: transemos juntos.
Esa transa no me gusta, matarilerileró, contestan algunos dentro de Morena (no muchos, la verdad). Y si bien los unos reclaman porque creen que la cosa todavía tiene remedio, los otros lo que pretenden es detentar en sus cotos el monopolio de la discrecionalidad.
Pero, se sabe, la corrupción es de quien la trabaja. Sí, señoras y señores, a los corruptos se les puede acusar de muchas cosas, pero bastantes de ellos se emplean con denuedo en la no noble labor de idear cochupos, y en velar al cuidado de los réditos de los mismos.
Hubo un tiempo en que las alternancias fueron vistas como una bala de plata en contra del pacto de impunidad que caracterizó al PRI, ese sistema que alguien describió como “capaz de corregir los peores errores sin reconocerlos”*.
Perdía el PRI en un estado, ergo el PAN o el PRD –con mejor o peor eficacia– procedía a revisar las cuentas a los derrotados. Éramos felices y no lo sabíamos. Cayeron al bote algunos, y creímos que estaba naciendo una nueva cultura. La ilusión duró bien poco.
Y es que lo que medio pasó a nivel estatal fue un lujo que la élite política sepultó: las alternancias a nivel presidencial tienen en común, desde el año 2000, el pacto de déjame llegar sin más y vete con apenas unos raspones. Hasta AMLO le entró con Peñita.
Pero hete aquí que el que más prometió renovar la política –no mentir, no robar y no traicionar al ya saben qué– de repente como que dijo: es bien mal negocio ese de perseguir con la ley en la mano, mejor platicamos y los hacemos miembros del partido.
Así fue como se toparon, poco de azar y mucho de determinismo, el hambre y las ganas de comer. Como en la vieja Roma, a un senador le encargaron reclutar a adversarios y bien pronto tuvo de sobra; pero ya encarrerados, a los nuevos de la grey los hicieron VIP.
Qué mayor aspiración de un régimen que adueñarse de toda la corrupción, digo, perdón, de toda la clase política. Nacer imponiendo un modus operandi, las reglas para acceder a todos los puestos, a todos los negocios; que no son lo mismo, pero es igual.
Aunque en octubre cambió la presidencia, la realidad tenía otros planes sobre ver una renovación sexenal.
Es cierto lo que decía esta semana la presidenta Claudia Sheinbaum con respecto a una foto suya con un abogado que no le hace ascos a defender narcos.
En cada gira, se defendió, miles de personas se acercan a tomarse selfies. Pero qué decir de otrora maldecidos por Morena que, más que pedir una foto, se acabaron mudando al partido y hasta dicen que los tratan a todo dar.
La fotografía de la nueva familia obradorista trasciende, rebasa por la derecha a una presidenta que ve cómo Morena nació y estaba en contra de la corrupción, y cómo a quienes antes acusaban de corrupción están ahora con Morena a muerte.
La presidenta Claudia Sheinbaum no parece dimensionar que su tolerancia al acoso a las libertades por parte de morenistas pudrirá la convivencia.
En la mañanera, la presidenta Claudia Sheinbaum dice cosas para consumo nacional que son explotadas por adversarios, locales y estadounidenses.
La censura no tiene como única destinataria a la prensa. Los casos de Campeche y Puebla alertaron a periodistas en todo el país al visibilizarse la estrategia legal como un instrumento de disuasión.
Este jueves, al concluir el segundo periodo ordinario de sesiones del primer año de la 66ª Legislatura del Congreso del Estado de Guanajuato, se confirmó lo que ya se sospechaba: FIDESSEG —el Fideicomiso de Administración e Inversión para el Desarrollo Social y la Seguridad Pública del Estado— colapsa bajo el peso de su propia opacidad.
Doble merma para los viajeros de Sinaloa a la capital del país, y de quienes vuelan de ésta a la entidad del Pacífico: los que quieran agotar sus compromisos en una sola jornada ya no podrán hacerlo.
La presentación, organizada por la Secretaría de Cultura del Estado de Guanajuato, ofreció al público una experiencia sonora de gran calidad artística y fuerza interpretativa. El programa inició con la obertura de El murciélago de Johann Strauss II, pieza que llenó la sala de alegría, ligereza y elegancia vienesa, con una ejecución cuidada y vibrante por parte de la joven orquesta.
Despliegan operativo de seguridad para el sepelio, donde las familias piden intimidad; Fiscalía de Guanajuato no da avances sobre la investigación.
Lo que comenzó como una publicación en redes sociales sobre un hombre en situación de calle terminó con un emotivo reencuentro familiar.
Para estar cerca de quienes más lo necesitan, el Presidente del Consejo Consultivo del Sistema DIF Estatal, Juan Carlos Montesinos Carranza, visitó a los habitantes de la comunidad de San Pedro de Ibarra en el municipio de Ocampo, para entregar apoyos a las familias que resultaron afectadas por las intensas lluvias que provocaron inundaciones en la zona.
Harfuch anuncia el decomiso de decenas de vehículos, contenedores, pipas, más de 15 millones de pesos, e incluso animales exóticos a la red, de la que apenas se tenían datos.