Reconocer derechos de personas jornaleras migrantes es transformar la realidad de quienes han sido invisibilizados por décadas: Rocío Cervantes

Para que se garanticen derechos laborales, de salud y de vivienda de personas jornaleras agrícolas y de personas jornaleras migrantes, y de protección frente a abusos, es necesario que exista un reconocimiento legal para hacerlo realidad, afirmó la diputada Rocío Cervantes. 

“Estas personas en donde incluimos a hombres, mujeres, incluso niñas y niños, enfrentan condiciones laborales marcadas por la informalidad, la precariedad y, en muchos casos, la invisibilidad institucional”, sostuvo y sentenció enseguida que “su contribución económica es incuestionable, pero su reconocimiento jurídico aún es insuficiente”.

Cervantes Barba subió a tribuna para hablar a favor del dictamen de una iniciativa de reforma a la Ley de Fomento y Desarrollo Agrícola que tiene como objetivo principal crear e implementar políticas públicas integrales que reconozcan y protejan los derechos humanos de esos dos grupos históricamente vulnerables en nuestro estado.  

Afirmó que la reforma en cuestión subsana lo que la legislación actual no distingue ni contempla: las particularidades de quienes trabajan por jornal, y de quienes lo hacen en condición migrante, lo que impide diseñar políticas públicas eficaces y justas.

“Es necesario que exista un reconocimiento legal, ya que sin este no hay garantía de derechos laborales, de salud, de vivienda, ni de protección frente a abusos”, resaltó y señaló que con las modificaciones a la Ley de Fomento y Desarrollo Agrícola se busca no sólo el reconocimiento formal de sus derechos, sino su cumplimiento efectivo en la vida cotidiana.

“Que puedan acceder a servicios, protección y justicia sin discriminación ni obstáculos estructurales” y “transformar la realidad de quienes han sido invisibilizados por décadas” a partir de reconocer que “el desarrollo rural y agrícola de Guanajuato no puede avanzar sin justicia social para quienes lo hacen posible”, abundó la congresista.

“No podemos seguir legislando desde el centro sin mirar a las orillas. Las personas jornaleras agrícolas y migrantes no son cifras ni excepciones: son el corazón del campo, y merecen estar en el centro de nuestras leyes, nuestras políticas y nuestra conciencia”, apuntó finalmente, después de anotar que el GPPRI siempre ha alzado la voz por quienes sostienen la seguridad alimentaria, pero cuyos derechos “han quedado sembrados en tierra árida”.