Morena reconoce el legado del Papa Francisco por su defensa de los derechos humanos, la justicia social y el medio ambiente

Durante los asuntos generales en sesión del Congreso del Estado de Guanajuato, el Grupo Parlamentario de Morena, a través de los diputados Antonio Chaurand Sorzano y David Martínez Mendizábal, expresó su reconocimiento al legado del Papa Francisco, destacando su papel como líder global en la defensa de los más desfavorecidos, el medio ambiente y la dignidad humana.

El diputado Antonio Chaurand, en un posicionamiento personal que fue respaldado por diversas legisladoras y legisladores, recordó la figura de Jorge Mario Bergoglio como el primer Pontífice jesuita y latinoamericano, subrayando que su liderazgo transformó la visión de la Iglesia con un enfoque centrado en los pobres, en el perdón y en el acompañamiento de quienes han sido históricamente marginados.

“Fue un hombre que rompió esquemas. Dijo que quería una Iglesia pobre para los pobres, abrió las puertas al diálogo con las personas homosexuales, pidió misericordia en vez de condena, y reconoció que el poder no se debe usar para excluir, sino para construir puentes”, afirmó Chaurand.

En homenaje a su pensamiento y obra, el legislador propuso un minuto de aplausos de pie, mismo que fue acompañado por la mayoría del Pleno como muestra de respeto a su figura.

Más adelante, el diputado David Martínez Mendizábal, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, se sumó al reconocimiento leyendo fragmentos de la encíclica Laudato Si’, un documento donde el Papa Francisco denuncia los efectos del cambio climático sobre las personas en pobreza, critica los modelos de consumo que degradan el planeta, y llama a la acción urgente desde los gobiernos y las sociedades.

“El Papa advierte que los más pobres sufrirán las peores consecuencias del cambio climático. Lo dice con claridad: quienes tenemos poder político o económico debemos asumir la responsabilidad de cambiar el rumbo”, expresó Martínez Mendizábal.

El legislador agregó que el mensaje del Papa trasciende lo religioso y se convierte en una interpelación ética a quienes ocupan cargos públicos, porque exige congruencia entre los discursos y las acciones, sobre todo en temas como justicia social, migración, medio ambiente y combate a la desigualdad.